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Estereotipos y prejuicios

Desde el punto de vista de la Psicología Social, los estereotipos y prejuicios serían los mecanismos psicológicos que producen la discriminación intencional o inconsciente.

Los estereotipos son imágenes o esquemas mentales que atribuyen determinadas características o rasgos a las personas adscritas a una categoría social determinada. Estos mecanismos cumplen una función en principio positiva en la percepción humana, dado que permiten aprehender de manera simplificada una realidad que, de otro modo, sería demasiado compleja.

Sin embargo, en ocasiones producen errores cognitivos, puesto que las características atribuidas al grupo pueden ser falsas o porque, en todo caso, no se verifican necesariamente en todas las personas ajenas al grupo. Por otra parte, los estereotipos también cumplen funciones sociales, relacionadas con la cohesión interna de los grupos, la obtención de identidad social por parte de los sujetos agentes y la justificación o legitimación de la distribución desigual del poder y de los recursos materiales y simbólicos. Por supuesto, determinadas conductas motivadas por los estereotipos resultan reprobables tanto desde el punto de vista ético como desde una perspectiva jurídica. Aunque los estereotipos no constituyen, en sí mismos, discriminación, normalmente sí que están en la base de las discriminaciones directas.

Los estereotipos pueden funcionar como creencias conscientes, pero también a veces operan de manera inconsciente como esquemas mentales que estructuran la percepción y que provocan reacciones inmediatas. A veces funcionan como parámetros descriptivos, estableciendo expectativas acerca de las características de las personas que componen el grupo o de su comportamiento esperado (por ejemplo, suponiendo que las mujeres son más sensibles y emotivas que los hombres) y otras veces operan como patrones prescriptivos, determinando roles sociales (como sería la atribución prioritaria a las mujeres de las responsabilidades familiares asociadas al cuidado de los miembros de la familia).

Por su parte, los prejuicios son emociones positivas, negativas o ambivalentes asociadas a la adscripción de las personas a grupos o categorías sociales. Los prejuicios pueden aplicarse a todas las personas adscritas al grupo, a determinadas subcategorías dentro del grupo o pueden vincularse al cumplimiento o incumplimiento de determinados roles sociales o expectativas asociados al grupo que corresponda.

Generalmente, se considera que los prejuicios son el componente emocional de las actitudes discriminatorias, mientras que los estereotipos serían el componente cognitivo.

En ocasiones, los prejuicios operan de manera relativamente compleja, como sucede con el “racismo aversivo” -en el que se produce una contradicción entre las creencias conscientes y las emociones de rechazo- o en determinadas actitudes paternalistas o condescendientes -por ejemplo, respecto a las mujeres-, que aparentemente están ligadas a sentimientos positivos hacia el grupo, pero que contriubyen a reproducir las desigualdades de poder.

AAVV (Coord. Alexandra Vázquez, Ángel Gómez), Psicología Social, Sanz y Torres, Alcorcón, 2018, pp. 169-233.

AAVV (Coord. J.F. Morales, M. Moya, E. Gaviria, I. Cuadrado), Psicología Social, Tercera Edición, McGraw-Hill España, Madrid, 2007, pp. 213-266 y 591-640.

Cano Gestoso, J.I., Los estereotipos sociales: el proceso de perpetuación a través de la memoria selectiva// , Tesis Doctoral, Universidad Complutense de Madrid, 1993.

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  • Última modificación: 05/02/20 10:29
  • por antonio.a